Los abusos del aislamiento provocan una huelga de hambre en la prisión de Angola, Luisiana.
Escrito por Gloria Rubac publicado el 3 de marzo de 2021 de Workers.org , traducido por Lucia Parsons.
La Prisión Estatal de Angola era la Plantación Angola de 18.000 acres antes de la Guerra Civil, llamada así por el país africano del que fueron secuestrados muchos de los esclavos en Luisiana. La plantación era trabajada en aquel entonces por esclavos africanos y ahora, por reclusos de ascendencia africana.
Los reclusos de la célebre prisión de Angola, en Luisiana, iniciaron una huelga de hambre a primera hora el 17 de febrero. El motivo: Los funcionarios de la prisión se negaron a reincorporarlos a la población carcelaria después de que cumplieran su condena en régimen de aislamiento por una infracción de las normas.
Según The Lens, un medio de comunicación independiente sin ánimo de lucro para Nueva Orleans y la Costa del Golfo, los huelguistas de hambre informaron que, en el régimen de aislamiento se les mantiene en sus celdas durante más de 23 horas al día y sólo se les deja salir para ducharse. Pero incluso esa hora que tenemos para ducharnos, dijeron algunos, no está garantizada.
“Tenemos que luchar por una ducha”, dijo el huelguista Percy Hawthorne a The Lens. Hawthorne estaba recluido en segregación disciplinaria desde principios de noviembre por “rebeldía” y “desobediencia agravada”, aunque se suponía que su castigo era sólo de 10 días.
Otro huelguista, Frederick Ross, dijo a The Lens que durante la mayor parte del tiempo que estuvo en segregación disciplinaria no se le permitió comprar artículos de la tienda. “No tengo ninguna propiedad, ni libros, ni televisión, ni nada”.
Miguel declaró a Mundo Obrero que se sumó a la huelga de hambre porque, “me condenaron a 90 días de confinamiento en aislamiento, lo que me llevó a permanecer más de cuatro meses. Esto fue más de 30 días más. No sé si los presos están actualmente en huelga de hambre, pero durante este tiempo, yo también estuve en huelga de hambre durante unos tres días”.
Un recluso que necesitaba permanecer en el anonimato dijo a Mundo Obrero que, en 2020 estuvo en el mismo nivel de aislamiento en el que comenzó la huelga de hambre. “Después de cumplir el tiempo en solitario, los hombres están totalmente estresados. No hay televisión ni radio; las duchas son escasas, y tal vez recibimos una llamada telefónica una vez al mes. El sistema de correos está desorganizado y, una carta de Baton Rouge a veces tarda un mes en ser entregada”.
“Los guardias son perezosos y nos tratan con odio, así que a veces se provocan incendios para llamar su atención. Los presos se pelean. Un tipo le pisó la cabeza a otro y murió en la grada. La tensión está en todas partes, pero los funcionarios tratan de encubrir los asesinatos”.
Un informe en 2019 del Instituto de Justicia Vera, encontró que entre enero de 2015 y noviembre de 2016, “en promedio, el 17.4% de las personas encarceladas en las prisiones operadas por el estado de Luisiana fueron alojadas en alguna forma de vivienda segregada, lo que es aproximadamente 3.9 veces el promedio nacional estimado del 4.5%.”
El 11 de junio de 2010, el New York Times informó de que “Angola es la mayor prisión de máxima seguridad de Estados Unidos, con 6,300 reclusos y 1,800 empleados, entre funcionarios de prisiones, conserjes, personal de mantenimiento y celadores”.
Según la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, por sus siglas en inglés) de Luisiana, este estado tiene el mayor índice de muertes en prisión per cápita del país. Luisiana tiene más personas condenadas a cadena perpetua sin libertad condicional que Alabama, Arkansas, Mississippi, Tennessee y Texas juntos.
Vigilancia del aislamiento
Solitary Watch investiga, documenta y difunde información sobre el uso generalizado del aislamiento en las prisiones y cárceles de Estados Unidos. En 2019, este grupo nacional de vigilancia sin ánimo de lucro, publicó un informe sobre el aislamiento en Luisiana, basado en la mayor encuesta jamás realizada a personas recluidas en régimen de aislamiento. El informe contaba “historias escalofriantes de abusos, privaciones y soledad estremecedora”.
Según solitarywatch.org, la reclusión en régimen de aislamiento en Luisiana está “profundamente arraigada en la historia de la subyugación racial y el cautiverio en el Sur, que comienza con la esclavitud y se extiende a través del arrendamiento de convictos y Jim Crow hasta la era moderna de la encarcelación masiva”.
Los defensores de los derechos de los reclusos de la Coalición Stop Solitary de Luisiana critican al departamento por no tratar a los reclusos con humanidad. “Habiendo cumplido más de 44 años en régimen de aislamiento, soy plenamente consciente de la brutalidad del aislamiento. Las huelgas de hambre son brutales, así que sé, por experiencia propia, lo desesperados que deben estar estos hombres para recurrir a esto”, dijo Albert Woodfox, que forma parte de la Coalición Stop Solitary.
Woodfox fue uno de los Angola 3, tres hombres acusados injustamente de asesinato que estuvieron recluidos durante décadas en la prisión. Woodfox fue liberado de Angola en 2016 y ha escrito un libro, apropiadamente llamado “Solitary”.
Ponte en contacto con Warden Nettles para exigir la liberación inmediata de los huelguistas – teléfono (225) 655-4411. Los huelguistas exigen garantías por escrito donde se estipule que serán liberados del aislamiento y trasladados a condiciones adecuadas y seguras.
Si bien, el problema que precipitó la huelga de hambre fue no liberar a los hombres cuando cumplieron su condena por violación de las normas, hay muchos, muchos otros delitos que se están cometiendo contra los reclusos en Angola. Cada uno de estos delitos cometidos por el Departamento Correccional de Luisiana justificaría sobradamente una huelga.
Nadie debería tener que pasar por una huelga de hambre para ser tratado justamente. Exigimos: ¡Acabar inmediatamente con el aislamiento! ¡Derribar los muros de la prisión! ¡Libérenlos a todos!